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Arquitectos: Memola Estúdio
- Área: 350 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Fran Parente
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Proveedores: Construverde, Deca, Labluz, Ladrilar, Lepri, Parquet União, Prataria Fontana, REKA, Raul Duarte, São Domingos Marmoraria

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Inicialmente concebido como la reforma de una vivienda existente, el proyecto evolucionó hacia la creación de una nueva casa en el mismo lote. El concepto arquitectónico se articula alrededor del equilibrio entre lo nuevo y la memoria de lo antiguo, de modo que la nueva vivienda cumpla los anhelos de los clientes sin perder el vínculo con la vida pasada del lugar. El desafío consistió en lograr más espacio y mejores condiciones de convivencia tanto para los residentes como para sus invitados, dentro y fuera de la casa manteniendo al mismo tiempo la familiaridad con el terreno y su carácter acogedor.

Un gran ambiente integrado sintetiza el confort espacial que aporta el proyecto. Implantado en la parcela frontal del edificio, acomoda una cocina abierta, un comedor y un área de estar, totalmente interconectados, aunque cada uno con carácter propio. Se percibe el acogedor ambiente ya desde fuera de la casa, con su volumetría diseñada por el techo a dos aguas, destacada del volumen que lo sucede.


La luz natural entra por las fachadas laterales: una ventana de piso a techo junto al área de estar ubicada entre la entrada, ambientada con un piano, y la escalera metálica que conduce al nivel de los dormitorios y, en el lado opuesto, una ventana alta situada sobre la bancada de la cocina, que recorre toda la profundidad del espacio. Las puertas-balcón de madera, diseñadas especialmente para el proyecto al igual que todos los marcos conectan la cocina con la veranda frontal, delimitada por una pérgola de madera y pensada para acoger las conversaciones que surgen alrededor de la preparación de las comidas.



La ausencia de apoyos estructurales en el centro del amplio espacio frontal refuerza la integración de los ambientes, una cualidad que se complementa con la materialidad empleada: muros de ladrillo aparente y un piso de tablas de madera cuya tonalidad se retoma en la cerámica de la cocina. La carpintería fija, también diseñada por el estudio, está compuesta principalmente por madera, destacando la linealidad de la composición.
Este escenario se completa visualmente con las vigas trenzadas de madera del techo y con las tablas de cerramiento realizadas en el mismo material, donde la luz cenital del tragaluz, ubicado en el desnivel entre las dos aguas de la cubierta, adquiere protagonismo.

La amplia integración espacial en la parte frontal de la casa encuentra su contrapunto en la cuidada compartimentación de los ambientes posteriores en la planta baja, donde un corredor central organiza lateralmente las áreas funcionales y los espacios de estar íntimo. Destaca la generosa iluminación natural en el pasaje del área de estar hacia el corredor, que entra tanto por la fachada como desde arriba.
La pared blanca junto a la escalera —que anuncia la presencia de los dormitorios en el nivel superior— presenta un acabado texturizado que suaviza la fuerza de la estructura metálica expuesta.
En la parte posterior de la vivienda, una acogedora veranda aprovecha la sombra proyectada por el volumen de los dormitorios, que sobresale sobre la fachada trasera. El ladrillo en el piso —al igual que en la veranda frontal—, la madera y la presencia de vegetación cualifican el ambiente, desde el cual se alcanza a ver el pequeño apartamento de la edícula ubicado en el extremo del lote.
















